miércoles, 18 de julio de 2007

Las remesas de emigrantes casi duplican la inversión extranjera

Las remesas de dinero enviadas por los emigrantes bolivianos ya sobrepasan el valor combinado de la inversión extranjera directa, la ayuda multinacional, e incluso, en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe, el monto del pago de los intereses de la deuda externa.

Uno de los aspectos más positivos de estas remesas es que representan una ayuda directa porque son los receptores los que deciden en qué gastan el dinero. Se evitan así los problemas derivados de la cooperación internacional en donde el dinero llega a los Gobiernos, muchas veces corruptos, y no se distribuye de forma eficiente.

En segundo lugar, favorecen el desarrollo de negocios o micro empresas con pocas expectativas de enriquecimiento sin una inversión previa. Así, son sus habitantes los que invierten en su propio desarrollo. También se adaptan a las necesidades y a los ciclos financieros, ya que los envíos son constantes y tienen un efecto de contrapeso económico en momentos de crisis. Las remesas tienen una contrapartida preocupante para Bolivia como también para Latinoamérica. Además de los dramas familiares y del desarraigo que provoca la emigración, muchos de los emigrantes son trabajadores cualificados que abandonan el país. Esto, lejos de favorecer el desarrollo nacional, desestabiliza el mercado laboral y supone la pérdida de la inversión estatal en su educación. De este modo, los países desarrollados se aprovechan de una mano de obra joven, con estudios que no han tenido que costear y por un sueldo muchas veces inferior al de los demás ciudadanos.

Por otra parte, generan dependencia en las familias y comunidades receptoras que se acostumbran a esos envíos mientras los jóvenes sueñan con emigrar también. De acuerdo a estudios realizados el 2006 de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), alrededor de 80% de las remesas que se reciben en Bolivia, Guatemala y Nicaragua se usa para comprar alimentos y para invertir en la vivienda. Por eso los gobiernos deberían ayudar a que este dinero se invierta en generar riqueza para el país fomentando la modernización de la agricultura y la pequeña industria. (http://www.eclac.cl/publicaciones/)

Los hispanos en el exterior están cumpliendo el papel que corresponde a los gobiernos, como financiar la salud, la educación y las necesidades básicas de millones de personas en América Latina, así como aliviar la economía nacional. Hace falta tomar medidas a largo plazo para que no sea necesaria la salida del país de origen de tanta riqueza humana, y para no ver en las remesas un sustituto de los fondos para el desarrollo.

Teófilo Caballero, Vicepresidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, explica que el éxodo al exterior se da fundamentalmente por el alto índice de desempleo en el país, puesto que según datos oficiales del año pasado, la tasa de desocupación alcanzó casi el 20% de la población económicamente activa, o sea casi 380 mil ciudadanos bolivianos sin empleo, además de esto existe el problema del subempleo, es decir el empleo “disfrazado” que son aquellas personas que reciben salarios extremadamente bajos, y que prácticamente no les alcanza para satisfacer sus necesidades básicas. “Si sumamos el desempleo abierto, más el subempleo, prácticamente estamos hablando de un 30% de la población económica activa y eso es un indicador muy alto para el país”.

Caballero indica que el flujo de recursos que han empezado a enviar los emigrantes en los últimos años ha sido muy importante, especialmente en los últimos cuatro años y que antes pasaba totalmente desapercibido, “la única entidad que se ha preocupado por analizar el tema de las remesas en Latinoamérica es el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”; ésta corporación estimó en el año 2005 que Bolivia había recibido cerca de 860 millones de dólares, pero que eso solo correspondía a los envíos formales porque también existen personas que se van a Europa y a Japón y envía remesas en especie, es decir, vehículos o electrodomésticos para que aquí la familia haga negocio, las mismas que no pueden ser cuantificadas.

Para el 2006, el BID informó que Bolivia recibió 1200 millones de dólares, cuantificando los envíos formales y los informales, “porque también existen personas que buscan la forma de enviar dinero al país evitando los porcentajes de las empresas de giros, ocultando ese dinero en libros, adornos, etc.” manifiesta el economista.

El Banco Central de Bolivia (BCB) el 2006 indicó que en cuestión de remesas a Bolivia han ingresa 590 millones de dólares, cálculo que se hizo en base a los giros del sistema financiero formal. De acuerdo a la proyección trimestral que ha realizado el BCB para este año, estima que ingresarán 700 millones de dólares, demostrando el aumento de los envíos formales, convirtiéndose en la segunda fuente de ingreso de divisas al país, solo superado por el superávit del balance comercial que significa alrededor de 1400 millones de dólares.

El año pasado visitó el país el funcionario del BID, Teksuro Morita, responsable de esta entidad para América Latina. Morita comentó acerca de un estudio que se hizo en Bolivia, el cual indica que alrededor el 45% de los ingresos que recibe cada persona, se destina al consumo presente, o sea en gastos de alimentación y mantenimiento del hogar. Pero existe un 55% que se destina a invertir en un negocio, a adquirir un bien inmueble o a la formación de los hijos. “Es este 55% el que puede ser la génesis de reinversión en Bolivia porque la gente inconcientemente esta mejorando sus condiciones de vida” añade Teófilo Caballero.
Ahora, el BID también observa un índice peligroso en estos resultados, es que el inmigrante que está en Europa o en EE.UU. se lleve a toda su familia y en el momento que eso suceda se corta el envío de dinero al país de origen. Morita, manifiesta que hay que crearle todas las condiciones a esa persona que emigró, incluso sugiere que el sistema financiero participe creándole una ventanilla especial en su estructura para facilitar el flujo de las remesas en beneficio de los países de origen.
ONG’s que nacen al calor de la demanda social
Este importante como a la vez necesario movimiento económico que rige actualmente en nuestra sociedad, ha permito la creación de instancias de cooperación y asesoramiento tanto para los emigrantes como para los receptores en el país. Una de ellas es Remesas Instantáneas; una iniciativa de un grupo de instituciones que han constituido lo que se ha denominado Red Solidaria de Remesas Familiares. Esto es el resultado de una red de ONGs, cooperativas y agencias de cooperación Bilateral que trabajan en América Latina.

Remesas instantáneas tiene el respaldo del Fondo Latinoamericano de Desarrollo FOLADE,(www.folade.org) constituido por una red de 35 ONG´s Financieras practicantes de microcrédito, y cuenta también con el apoyo financiero del Cooperación Técnica Suiza para el Desarrollo COSUDE (www.cosude.org.bo) a través de sus programas PROFIN de Bolivia y la cooperación técnica de NOVIB Holanda.
Estas instituciones, luego de varias reuniones e intercambios han decidido poner en marcha una Red de Remesas con participación de las ONGS que hacen parte de las redes, que tienen programas y proyectos de apoyo a la micro y pequeña empresa en la región. El proyecto persigue entre sus objetivos orientar el uso que hacen de las remesas las familias receptoras, para incrementar los usos productivos, en la creación de pequeñas unidades empresariales y brindarles una serie de servicios financieros integrales y de desarrollo empresarial a las familias de los migrantes.
A estimular que las remesas, tanto familiares sean destinadas a la generación de alternativas productivas, a facilitar el envío de remesas de los migrantes, a sus países de origen; a propiciar mecanismos para que los costos de transferencia de remesas Norte a Sur, sean menores, pero sobre todo a estar presentes en más lugares, más cerca de ellos, y con trámites mucho más convenientes, para facilitar el proceso de identificación, hasta donde sea posible, de compromiso.

Remesas Instantáneas se encuentra en La Paz, Potosí, Oruro, Chuquisaca, Tarija, Beni y Santa Cruz. Asimismo, en nuestro Departamento esta entidad de cooperación tiene sedes en Comarapa, Vallegrande, Yapacaní y San Julián.

TESTIMONIOS

Carla Carrasco y Leonidas Ribera, Boston (EE.UU.)
Carla Carrasco viajó a EE.UU. hace seis años buscando nuevos horizontes junto con sus padres y hermanas. Al poco tiempo de dejar el país, su esposo completaría la familia que hoy por hoy se encuentra aceptablemente acomodada tanto en lo familiar como en lo laboral.
Carla trabaja en el almacén de uno de los supermercados más populares de Boston y Leonidas en un prominente vivero de plantas y árboles. Ambos mencionan que el primer año fue muy duro para ellos pero poco a poco fueron reponiéndose hasta que se asentaron en un lugar definitivo donde viven desde hace un par de años atrás. “pasaron como dos años y nos estábamos impacientando porque no podíamos ahorrar, menos aún con el nacimiento de nuestro hijo, que al nacer en este país me permitió tramitar mi ciudadanía que en breve podré recogerla” menciona Carla. Por otro lado, Leonidas se esforzó en trabajar en doble turno y haciendo horas extras, “fue así que después de un buen tiempo, pudimos enviar dinero a Bolivia y poder pagar a nuestras familias el dinero que nos prestaron para los pasaportes, visado y pasajes del avión”.

Desde entonces Carla y Leonidas envían casi periódicamente dinero a sus familiares en Bolivia que son de clase media y baja para que lo utilicen en cubrir sus principales necesidades y otro poco para obsequios. El año pasado la joven pareja sacó un préstamo del Banco de 28 mil dólares para poder comprarse un casa dentro del 4º anillo de circunvalación, “Con el préstamo logramos conseguir una casita cómoda cerca de nuestros padres y abuelos, la cual iremos pagando mensualmente con nuestros ahorros y con la ayuda del alquiler del inmueble hasta que nosotros retornemos al país y podamos habitarla”, señalan ambos ilusionados.

Armando Leaños, Valencia (España)
Hace siete años, Armando prefirió emigrar a España por la facilidad del idioma y por la ventaja –en aquella época- de que no se necesitaba visa para ingresar a la madre patria. Junto a sus suegros dejó a su esposa y dos pequeños hijos en su natal Montero. Para él fue muy duro el cambio de cultura y costumbres en un país mucho más moderno, “perdí un año entero tratando de establecerme en la ciudad de Valencia pero todos eran trabajos esporádicos con sueldos que apenas me alcanzaban para sobrevivir”, un tiempo después, por intermedio de un amigo español le ofrecieron trabajar en el campo en las afueras de la provincia valenciana con un salario interesante que no dudó en aceptar. “Desde entonces trabajo en el campo haciendo lo que en mi país nunca hice, trabajar la tierra, cosechar, cultivar y manejar un tractor. Tuve que trabajar de sol a sol para poder traer a mi familia a España y así hacer más llevadero el trabajo duro, porque no hay peor cosa que extrañar a sus seres queridos” comenta este montereño.

Armando comenta que por la calidad de vida de los españoles es muy difícil ahorrar para los inmigrantes, pues la canasta familiar, la vivienda, la escuela y el transporte demandan gastos muy altos mensualmente; “A pesar de ello, me alcanza para enviar de vez en cuando un dinerito que le permite a mi madre y a mis suegros cubrir algunas diligencias del hogar, y desde hace tres años abrimos nuestra caja de ahorro en una cooperativa local que nos permite ir acumulando nuestro capital para cuando la vida haga que retornemos a Bolivia”.

Angélica Peña, Londres (Inglaterra)
Si bien a diferencia de los casos anteriores, Angélica Peña tuvo más suerte en Inglaterra, pero no significa que esta joven universitaria haya tenido que sacrificarse mucho para alcanzar estabilidad en la ciudad de Londres. El año 2003 Angélica partió a los veintiún años egresada de la Carrera de Comunicación Social pero con la ventaja de tener un título técnico en inglés; “Gracias a Dios esto me permitió encontrar de entrada un buen trabajo que a la vez me permitió seguir estudiando y especializándome en un área que siempre me interesó como es el turismo”.

Luego de concluir sus estudios, Angélica aceptó la invitación de una agencia de viajes para trabajar como counter, “Pareciera que todo fue color de rosa pero no fue así, extrañé un montón a mi familia, y el trabajar y estudiar al mismo tiempo al ritmo que lleva el londinense es muy difícil y sacrificado”. Desde entonces Angélica empezó a ahorrar y logró cubrir los gastos de visado y transporte de su hermano Aníbal que actualmente la acompaña y trabaja en una céntrica cafetería. “Mi principal objetivo era traer a mi hermano para que aproveche su juventud para trabajar duro y juntar su capital en este país, desde hace un año que juntos enviamos dinero a nuestros padres”. Este aporte de sus hijos desde la lejana isla británica, ha permitido que doña Marina y su esposo inviertan en un micromercado de abarrotes que tanta falta hacía en la zona en que viven, “gracias al esfuerzo de mis muchachos nos animamos a invertir en este negocio y ahora proveemos a todos los vecinos de la zona” manifiesta orgullosa la mamá de Angélica y Aníbal.

Publicado en el periódico Catarsis. 2007

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